Extracto 1... el blanco calor de julio, el más sofocante en dos siglos, abrasaba la ciudad. La calima se extendía por encima de los tejados recalentados, todas las ventanas de la ciudad estaban abiertas de par en par, y, a la tenue sombra de los árboles exhaustos, sudaban y se derretían las ancianas, sentadas en los bancos juntos a los portales.


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