Imposible no fijarse en aquella cara. La tan característica cara redonda, ojos y mofletes enormes. Una muchacha —¿o un muchacho? A Marius le costó distinguirlo. A primera vista parecía una niña, sin duda —¿cuántos años, quince,dieciséis?—pero después, visto/vista con más atención, se diría que era un muchacho, pero no. Una muchacha.


No hay comentarios:

Publicar un comentario