Abre los ojos y durante unos instantes, varios segundos, una eternidad silenciosa, nada ha cambiado en ella ni en la cocina a su alrededor; por otra parte, ya no es una cocina, es una mezcla de sombras y de reflejos pálidos, sin consistencia ni significado. ¿Tal vez el limbo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario