Los doce hombres congregados en la sala de fumadores del hotel Crown daban la impresión de ser un grupo reunido al azar. Por la variedad de portes y atuendos -levitas, fracs, chaquetas Northfolk con botones de asta, piel de topo amarilla, bastista y sarga- podrían haber sido doce extraños en un vagón de tren, cada uno rumbo a un rincón distinto de una ciudad dotada de niebla y mareas suficientes para separarlos.


1 comentario:

  1. Hola, Paulette:
    No escribo mucho, solo para decirte que tienes los mismos gustos que los Reyes Magos. Me trajeron este libro. No sé cuándo lo leeré, porque tengo miles de millones de libros esperándome (ahora mismo estoy con "Puro vicio", de Thomas Pynchon, por aquello de que pronto se estrena la película y no la pienso ver antes de terminar la novela, lógicamente); pero le daré preferencia. No como deferencia con los Magos, sino por tu recomendación.
    Miles de abrazos y besos, Adorable.

    ResponderEliminar