Fui por primera vez a Paestum en los años cincuenta. Con Simone de Beauvoir y Sartre, pasamos allí casi un día entero, desde el acerbo sol del mediodía hasta que empezó a caer la noche, dejando que las columnas dóricas cobraran un blanco perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario